- Lakers 107-99 Mavericks Luka Doncic se calienta y desafía al banquillo de los Mavericks
Un coche de Luka Doncic aparcado a las afueras del pabellón Crypto.com Arena puso a rugir a los seguidores de Los Angeles Lakers en los prolegómenos del partido que los angelinos acabaron ganando a los Mavericks en el reencuentro de Doncic con Dallas.
El lujoso vehículo, tasado en cinco millones de dólares y tintado de dorado y morado para la ocasión, fue el centro de todas las miradas de los miles de asistentes que no quisieron perderse el ansiado cara a cara de Doncic con sus antiguos compañeros hasta hace poco más de un mes.
'Párking reservado para el 77 de los Lakers' reza un poste que simula un aparcamiento, con sus líneas blancas pintadas a su alrededor, colocado justo al lado del una réplica de un vehículo del nuevo jugador de los Lakers, como parte de un anuncio para promocionar el partido de este martes.
Luka Doncic cambia la matrícula de Texas por la de California al ritmo de "todos mis ex viven en Texas"
Un Doncic enfundado en un chándal gris aparece en un anuncio difundido en las redes sociales cambiando la matrícula de Texas del coche por una de California. "Tanque lleno, no hay piedad", sentencia el anuncio, que incluía la canción 'All my Ex's Live In Texas' (todos mis ex viven en Texas).
Toda una declaración de intenciones para sus rivales, aunque se pusieron todas las facilidades para ello, pues el jugador de los Lakers también ofreció de manera gratuita un estacionamiento completo para que los asistentes al encuentro no tuvieran dificultades para aparcar sus coches en las inmediaciones del estadio.
"Sácate una foto con el coche de Doncic", animaba por su parte el personal que custodiaba el vehículo, situado justo enfrente de la entrada principal del estadio de los Lakers, donde se ubica la estatua de la estrella del equipo, el eterno Kobe Bryant.
Para muchos fue la ocasión perfecta para presumir el dorsal 77 al lado de una réplica del auto de Doncic, cuya camiseta ya asoma con mayor frecuencia entre las favoritas de los aficionados para animar a su equipo.
Tanto si portaba el escudo de su anterior equipo como el dorado laker actual, la equipación con la inscripción del esloveno predominaba sin distinciones entre las largas filas que se formaron minutos antes del esperando encuentro en Los Ángeles.
Y una vez dentro, un estadio a rebosar de gente espera con ansia el momento en el que Doncic anota sus primeros puntos del encuentro. La grada entera grita de emoción, se levanta y vibra al son de su nueva estrella cuando la pelota entra en canasta rival.
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