Los riesgos de usar zapatillas con placa de carbono: los problemas a los que te enfrentas

Las zapatillas con placa de carbono no solo son una opción popular entre los deportistas de alto rendimiento, para quienes fueron diseñadas originalmente, sino también entre los runners y corredores populares. Aunque estas zapatillas se han posicionado como una herramienta para mejorar las marcas y facilitar el entrenamiento, en concreto durante las sesiones más exigentes, los expertos han advertido de que su uso repetido y continuado puede causar diversos daños y lesiones. Por ello, debemos tener claro cómo usarlas y en qué condiciones son recomendadas para no dañarnos de forma prolongada o crónica. 

Qué son las zapatillas de placa de carbono y cómo usarlas

Si no estás familiarizado con esta herramienta de los corredores, probablemente no sepas qué beneficios o mejoras aportan en carrera. Las deportivas con placa de carbono sirven para realizar carreras de cierta longitud. Estas incorporan una lámina de fibra de carbono en la entresuela, lo que da como resultado una mejora en el renidmiento y la eficiencia del corredor. La placa genera un efecto resorte que mejora la propulsión y ayuda a ahorrar energía durante el recorrido. 

Las zapatillas de placa de carbono no están permitidas en todas las competiciones. Sin embargo, son muy útiles para realizar entrenamientos puntuales de calidad y realizar un esfuerzo prolongado evitando la fatiga muscular temprana. 

La cara B de las zapatillas con placa de carbono

Pese a sus beneficios, el uso negativo o exagerado de este tipo de zapatillas puede ser extremadamente perjudicial para el corredor que lo realiza. 

El uso prolongado de las zapatillas con placa de carbono puede alterar la mecánica del pie y de la carrera, haciendo que el pie se acostumbre a no realizar esfuerzos y no se ejercite. Esto generará que se relaje la musculatura de unas zonas del cuerpo y otras se pongan en tensión, lo que podría derivar en múltiples lesiones. 

Una de las más comunes es la rotura del tendón de Aquiles. Esta lesión puede venir provocada por la reducción de carga en el tobillo, lo que hace que se debilite el tendón. Al no ejercitarse, este tiende a romperse cuando se realiza un esfuerzo extra con otro tipo de zapatilla o cuando el entrenamiento es más exigente. 

La fascitis plantar también es una de las lesiones que se puede sufrir. Y es que, la placa, reduce la flexión de esta zona, causando rigidez y dolor. En extensión, el tibial posterior, anterior y peroneo se pueden ver perjudicados como consecuencia del cambio en la biomecánica de la carrera. Las fracturas por estrés, también, son comunes en deportistas que usan de manera excesiva este tipo de deportivas. 

Para mitigar estos problemas es fundamental fortalecer los tendones y músuclos, alternar el calzado y, sobre todo, revisar si realmente necesitas este tipo de zapatillas teniendo en cuenta tu estado de forma, nivel y ritmo de carrera.