Volkswagen tiene en el Tayron una opción XXL que no todas las marcas rivales ofrecen. La fórmula para crearlo era sencilla: bastaba con alargar la distancia entre ejes del Tiguan (la longitud crece 26 cm para llegar a los 4,79 m) e incorporarle siete asientos, manteniendo tanto los rasgos estéticos externos como el diseño interno, los motores y toda la tecnología del modelo del que procede. Es lo mismo que hizo con el Tiguan de la anterior generación (que entonces se llamaba Tiguan Allspace).
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Su nombre, Tayron, siembra al principio cierta confusión, ya que en una marca que en su catálogo tiene más SUV de lo que es habitual suena demasiado parecido al del Taigo, que debemos recordar que es mucho más pequeño. Pero más allá de esta anécdota el producto tiene sus ventajas. La primera, que cumple con el requisito de tener 7 plazas, solucionando la papeleta a aquellos que tienen que viajar con hijos o abuelos.
No en el híbrido enchufable
Lo malo es que esta posibilidad no se ofrece en la versión híbrida enchufable. Esto es algo que ya sucedía con el anterior Tiguan Allspace y que vuelve a repetirse en este Tayron, que necesita el espacio que ocuparían las dos plazas plegadas para alojar parte de su sistema eléctrico. Así que no estamos ante un coche para llevar a seis o siete personas, sino ante una versión para quieren un SUV con un maletero descomunal, que puede alcanzar los 850 litros si deslizamos la segunda fila hacia adelante.
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Por lo demás, el Tayron tiene algunos detalles interesantes. El primero es su enorme pantalla central de hasta 12,9 pulgadas (en esta versión R-line), que cuenta con barras táctiles en su zona inferior para actuar rápidamente sobre la climatización. El segundo, su botón Driving Experience, que sirve para manejar aquellos aspectos que nosotros prefijemos (en nuestro caso, los modos de conducción y el volumen). Y a ello añadimos el detalle de que el frontal del salpicadero frente al copiloto sea retroiluminado (se puede elegir entre una enorme variedad de colores), más allá de las habituales zona inferior del salpicadero y las puertas que también están iluminadas.
Espacio trasero
Es tan alta la comodidad de las butacas delanteras (con calefacción) como atractivo su aspecto, que tiene un toque bastante deportivo al integrar los reposacabezas. Respecto a las traseras, en su posición más retrasada (con la tercera fila plegada) el espacio para las piernas es enorme. El problema habitual de una plaza central incómoda no nos parece tanto en el Tayron, que tiene en esta quinta plaza un respaldo duro pero no demasiado prominente, además de una banqueta que no le hace estar sentado mucho más alto que sus acompañantes laterales.
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En cuanto al motor, la variante híbrida enchufable (denominada e-Hybrid) cuenta con una enorme batería de 25,7 kWh (19,7 útiles) que anuncia una autonomía eléctrica de 120 kilómetros. Y lo cierto es que cerca de esa cifra podemos estar si seleccionamos el modo de conducción Eco (también tiene Confort y Sport) y circulamos por ciudad, como hemos podido comprobar. Así, un conductor que haga un kilometraje diario bastante común (30 km, por ejemplo) tiene para más de tres días sin tener que recargar haciendo consumos que sin mucha habilidad pueden quedarse en unos 17 kWh/100 km.
272 CV
Pero el motor eléctrico no es más que un complemento para el 1.5 de gasolina, con el que suma una fuerza total de 272 CV... Una cifra alta que da un primer paso a la justificación de un precio que, en esta versión R-line (hay otra Más que requiere un menor desembolso) sale por 55.790 euros. Para los que necesitan cifras diremos que su velocidad máxima se queda en 215 km/h y su sprint de 0 a 100 en 7,3 segundos.
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Para los que prefieren saber de sensaciones, apuntaremos que el motor térmico entra en funcionamiento de forma silenciosa, que las levas del cambio de 6 velocidades tienen un tacto agradable (pese a ser de plástico), que las diferencias de personalidad entre los distintos modos (Eco, confort y Sport) son suficientemente notorias en cuanto a dirección, más por lo que toca a respuesta del acelerador; y que le sobra potencia para lo que un precavido padre o madre suele necesitar cuando viaja con su familia. ¿La solución para ello? Optar por un Tayron eHybrid de 204 CV, también enchufable, que nos sale por 48.110 euros.
Solo tracción delantera
En cuanto al comportamiento, se nota muy bien asentado, con suspensiones que logran dar comodidad pero al mismo confianza. Eso sí, no cuenta con tracción 4Motion porque el motor eléctrico actúa sobre las ruedas delanteras, como también hace el térmico. Así que para circunstancias o zonas de climatología a menudo adversa es mejor optar por una versión térmica, para las que sí hay tracción total.
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Ya hemos mencionado su precio pero no su equipamiento, bastante completo en esta versión R-line. De serie incorpora llantas de 19 pulgadas, luces Matrix Led, intermitentes dinámicos, visión periférica 360 grados, sistema de aparcamiento asistido Park Assist Pro, sistema Travel Assist con mantenimiento del carril Lane Assist y asistencia de emergencia Emergency Assist, etc.
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