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Se buscan hombres para viaje peligroso. Meses en completa oscuridad. Peligro constante..." El famoso anuncio por palabras de Ernest Shackleton para reclutar personal y viajar al Polo Sur en 1907 bien podría ser un anuncio para buscar árbitros en los tiempos que corren. "Se buscan árbitros para viaje peligroso..." Al anuncio de Shackleton respondieron más de cinco mil valientes. Al de los árbitros... Parece que no hay tanto voluntario a tenor de los llamamientos de la UEFA y de las Federaciones nacionales.
La UEFA ha dulcificado el mensaje porque, como el explorador británico, el organismo europeo necesita personal capaz no ya de llegar al Polo Sur pero sí de pitar partidos de fútbol. Por eso lleva meses alentando un llamamiento menos crudo que el de ir a la Antártida. "¡Sé árbitro!" es el nombre de la campaña de captación auspiciada por el ente. De esta manera, la UEFA quiere paliar un problema demográfico que afecta a todo el fútbol europeo: no hay árbitros.
El organismo que preside Ceferin tiene censados cerca de 277.000 colegiados en el continente para cubrir todo el espectro, tanto el fútbol profesional como el fútbol aficionado. Pero es ahí, en la base, donde radica el problema porque los árbitros amateur serán los profesionales del futuro y no hay cantera. La UEFA considera que se necesitarían unos cuarenta mil nuevos colegiados cada temporada para mantener el ecosistema equilibrado y que se vaya produciendo un relevo natural. De ahí que la UEFA esté volcada en un programa que apenas lleva vigente un año y medio y ante el que aún es pronto para valorar si está surtiendo efecto.
Malos tiempos para el arbitraje
No son buenos tiempos para el arbitraje en ninguna de sus fases. A la presión y exigencia a la que están sometidos los árbitros de élite se unen los eternos problemas de los jóvenes colegiados que cada fin de semana se enfrentan a los partidos de fútbol aficionado. Principalmente, la UEFA ha detectado la inseguridad física como punto negativo más importante pero también un extra de presión ambiental ya que se considera que la polarización ha llegado a los aficionados e incluso a los jugadores de las categorías inferiores. Problema que se ve acrecentado, en ocasiones, cuando quien dirige el partido es una mujer. Y es cierto, buena prueba de ello la tenemos en España, donde no hay fin de semana en que no se detecten incidentes en el fútbol base. La próxima jornada no habrá fútbol en toda la provincia de Segovia ante los constantes agravios que sufren los colegiados, desde agresiones físicas y verbales hasta que a un joven árbitro le aflojaron los frenos de su motocicleta.
Para ser árbitro necesitas ser fuerte, tener coraje, es una escuela de vida
Así, Roberto Rosetti, director de arbitraje de la UEFA, reconoce que los aspirantes a árbitro necesitan, además de un conocimiento de las reglas, algo obvio, un plus de fortaleza mental: "No es fácil para un joven tomar decisiones en su vida. A menudo, a los 16 o 17 años, se toman decisiones por ti, pero como árbitro, tienes que tomar el control. Tienes que ser fuerte, tener coraje, pero realmente es una escuela de vida"
Es una frase que, según se tome, puede ser disuasoria o motivadora para los jóvenes que quieran dar sus primeros pasos en el arbitraje. Rosetti, como es normal, prefiere ver el lado bueno: "Los árbitros son como una familia. Entré en la comunidad cuando tenía 16 años y estuve en el campo durante 27 años. Es una forma de crecer para los niños y las niñas y es un buen apoyo a lo largo de la vida. Ser árbitro es una verdadera pasión y te permite vivir el fútbol desde una perspectiva diferente. Si amas el fútbol, amarás el arbitraje".
Habrá que ver el impacto que tiene la campaña de la UEFA a la hora de despertar la vocación en la población más joven. La página web de la Federación Española de Fútbol, en consonancia con el organismo europeo, también hace un llamamiento para captar nuevos colegiados. Actualmente, el censo de árbitros de fútbol y de fútbol sala en nuestro país es de unos 15.000 . Pero los números no mienten: con la que está cayendo, nadie quiere ser árbitro.
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