FUTBOL
Selección Española de fútbol

Tárrega sofoca la rebelión eslovaca

Su cabezazo en el 90 da a España una victoria que tenía asegurada con el 0-2 y que vio peligrar

Tátrrega, durante el partido.EFE
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Con agonía y un sufrimiento que, tras media hora de partido, parecía insoportable. Con lagunas. Pero España arranca el Europeo sub 21 con tres puntos. Un remate de César Tárrega en el minuto 90 le da a la selección de Santi Denia una victoria agónica. El objetivo está cumplido. Sin embargo, queda mucho por trabajar. Eslovaquia llevó a España al límite, generando un sufrimiento extremo, algo inesperado para un equipo que no parecía capaz de complicar tanto un partido que iba 0-2 antes del minuto 20.

Eslovaquia-España

El partido arrancó con uno de los pretorianos de Santi Denia en el once inicial: el sevillista Juanlu. Los eslovacos, con un plan claro: balón parado, pierna fuerte y a esperar. Sin embargo, su estrategia no resistió ni 20 minutos. Diego López, eléctrico desde el primer minuto, irrumpió tras un balón de Javi Guerra que se estrelló en el palo. Hizo lo que hacen los grandes: sin precipitarse, vio llegar a Marc Pubill en posición de delantero centro y le sirvió un pase de gol a placer.

Apagado el ímpetu eslovaco, España asestó otro golpe directo a la maltrecha mandíbula de su rival. Desde la misma banda del 0-1, Juanlu trazó un pase quirúrgico para que Mateo Joseph demostrara por qué su nombre está subrayado en rojo en Las Rozas como goleador del futuro inmediato. Como auténtico depredador de área, el cántabro intuyó que ese balón era oro puro: 0-2. Para él, ocho goles en once partidos con la sub 21 y un debut encarrilado.

La doble caída en la lona envalentonó a los eslovacos, que tiraron de orgullo mientras España se dejaba acosar. Un par de disparos lejanos e inofensivos fueron todo el rédito de los anfitriones antes del descanso.

La segunda parte arrancó sin Gerard Martín en el campo. Había jugado casi toda la primera mitad con el meñique de la mano derecha dislocado, pero en el vestuario dijo basta y dejó su lugar a Hugo Bueno.

La tarde plácida que disfrutaba España se nubló nada más comenzar la segunda mitad. En apenas cinco minutos, el partido pasó a un inquietante 2-2. Un malentendido entre Mosquera y Hugo Bueno propició el 1-2. Acto seguido, un penalti cometido por el gallego del Feyenoord fue el pasaporte de los eslovacos al empate. El sol ya no iluminaba el campo, y ahora era España la que se tambaleaba, con las piernas como gelatina.

Desde el abismo, la selección eslovaca se convenció de que podía dar el golpe. Ahora era ella quien infundía miedo, con un rival aturdido y desorientado. El partido se abrió a un escenario impredecible, donde cualquier cosa podía ocurrir. La entrada de Moleiro y Raúl Moro permitió a España pasar más tiempo en campo rival, pero cada arrancada de los eslovacos generaba desajustes en el trabajo defensivo español.

El esfuerzo final de España, con Raúl Moro como epicentro de la ofensiva, se tiñó de épica roja y resistencia azul. Para los españoles, el empate era un mazazo, más por cómo se había desarrollado el partido; para los locales, un triunfo.

Entonces, con el reloj marcando el minuto 90, llegó un saque de esquina fruto de la insistencia de Raúl Moro. De una banda a la otra, el balón surcó el área eslovaca y ahí emergió la cabeza de César Tárrega para conectar un remate que valió tres puntos de oro para España.

Aún hubo tiempo para un último sobresalto, pues hasta el portero eslovaco tuvo una oportunidad final para inquietar y poner en peligro la victoria.

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