Aunque es campeón mundial de 200 metros espalda, Hugo González (Palma, 1999) no quiere cerrarse a ninguna opción. Por eso, le gustaría tomar más responsabilidad a la hora de decidir su programa, algo que, en su experiencia, diferencia al modelo estadounidense (país en el que ha vivido los últimos seis años) del español (país al que ahora regresa). De momento, para el campeonato de España que se disputa desde este miércoles 11 de junio en su Mallorca natal, sólo aspira a encontrar las pruebas que mejor le vengan de cara al nuevo ciclo olímpico. Y, en 2028, un nuevo intento de conseguir la ansiada medalla.
- ¿Cómo se encuentra?
- Pues bien, con ganas de cualquier competición que toque. Ahora, preparando el Campeonato de España, que es clasificatorio para el Mundial en Singapur. Y luego a partir de la temporada que viene tendremos Europeos, así que bien, con ganas de competir.
- ¿Cómo está siendo esa preparación?
- Con muchos cambios, la verdad. Hasta el año pasado estaba la mayor parte del tiempo principalmente en California, con programa mixto entre el Canoe de Madrid y California, y ahora estoy en España, en el Terrassa. Hace poco he hecho un poco de cambio en el programa de entrenamiento, estoy probando con Bob Bowman en Texas, experimentando un poco, viendo qué funciona.
- En los Juegos, dijo que había que dar el mejor nivel el día que tocaba, el día de la competición. ¿Cree esta vez que cuando llegue el momento dará el máximo nivel?
- Ese es el objetivo, pero la gracia del deporte es que nunca se sabe. Por eso estamos aquí, para ver quién es el mejor en el momento que toca.
- Después de los Juegos de París, se tomó un descanso para recargar pilas y coger nuevas energías. ¿Cree que le ha venido bien?
- Creo que es necesario. Después de un ciclo olímpico donde el máximo foco tanto en rendimiento como en atención de los medios son los Juegos, pues creo que es necesario un parón. Hay gente que necesita sólo unas semanas, yo necesitaba unos meses más, así que creo que era necesario. Y ahora, con las pilas cargadas, creo que es un momento poco a poco de volver a coger ritmo, enlazar semanas de trabajo y continuar con todas las competiciones importantes.
Hay tantos cambios de programa que el objetivo es volver a encontrarme igual de bien que la temporada pasada.
- Llega como campeón del mundo en los 200 metros espalda, subcampeón en los 100. ¿Eso le da una presión añadida de cara al Mundial o le relaja porque ya ha ganado?
- Creo que siempre hay un poco de presión extra. Quizás no tanto interna, pero al escuchar a la gente llamarte favorito para ciertas pruebas... Pero al final creo que, por suerte, la natación no es un partido de fútbol. Quiero decir, no depende del resultado ese día. Suele depender mucho más de cómo se ha entrenado los meses antes. Entonces, los resultados suelen ser más predecibles. Creo que la presión está bien. Pero sabemos que ahora mismo ha habido tantos cambios de programa que el objetivo es volver a encontrarme igual de bien que en las últimas temporadas. Y a partir de ahí, seguir mejorando.
- Los resultados dependen de la preparación previa, pero se deciden en décimas de segundo. ¿Qué marca ese segundo de más o de menos que es la diferencia entre entrar o no en el podio?
- Muchas cosas. Puede llegar el día de la competición y que todos estemos al mismo nivel y quizá lo marca un poco más el estado mental que el estado físico. Todos estamos cerca. En la final de 200 metros espalda no sé si te diría que el top seis de los ocho teníamos como mejor marca 1:54. Todo son diferencias de décimas, entonces es el que mejor estado mental tenga en ese mismo momento. Ni siquiera cinco minutos antes, ni siquiera calentando media hora antes, es en el momento de la prueba. Quizá la parte más peculiar es cómo enlazar ese rendimiento que queremos obtener con el estado mental.
- ¿Y en qué diría que está trabajando para limar esas décimas que le separaron de la medalla en París?
- Ahora mismo estoy centrado en volver a sentirme igual que antes. No tanto en el estado mental. Creo que me queda más recorrido para volver hasta el 1:54. Y cuando volvamos a tener ese nivel de medallas olímpicas o mundiales, entonces creo que podremos trabajar más en el estado mental. Por suerte, al no estar a nivel físico en la misma forma que el año pasado, creo que es más importante volver a encontrar el programa que funciona, los entrenamientos que funcionan. Y cuando estemos otra vez a ese nivel, buscar lo que separa las décimas entre medalla o no.
Si miro atrás, creo que nunca me imaginaría poder estar compitiendo por la medalla de oro
- Ya es un profesional de los Juegos Olímpicos, con tres a sus espaldas, pero ¿se sigue sintiendo un poco diferente la mística de los Juegos respecto a los Mundiales o los Europeos?
- Siempre, eso sí que no cambia. Está claro que, cuanta más experiencia, mejor se gestiona todo. Pases de semifinales a finales, de preliminares a semifinales, pero los Juegos siempre son distintos. Ya no es el mundo de la natación, mi deporte, sino es todo el país, todos los medios de comunicación, simplemente el hecho de ir y ver a mis compañeros, al Equipo Iberia, que en un Mundial de natación no los veo. En unos Juegos Olímpicos estamos todos, entonces yo creo que, por muchos Juegos que lleve a la espalda, siempre van a ser distintos, y creo que eso es lo bonito. Si al final es monótono, tampoco hay mucha emoción. No lo cambiaría.
- En frío, ¿qué balance haría de los Juegos de París del año pasado?
- Yo creo que hicimos un trabajo excepcional. Hasta el último mes antes de los Juegos, creo que sacar medalla no era un objetivo realista y eso lo pudimos cambiar en esa temporada. Te diría que 2021 fue el primer año en el que conseguimos objetivos grandes a nivel Europeo, de finales, competir con los mejores del mundo, y hasta 2024 no volvimos a estar a nivel de medallas. Creo que la progresión fue increíble. Ojalá haberlo cerrado con el colofón de la medalla, pero creo que hasta julio no estábamos en una posición de ganar. Si miro atrás, creo que nunca me imaginaría poder estar compitiendo por la medalla de oro. Al final quedé sexto, pero esto es parte del deporte. Si todo es ganar o todo es perder, entonces ya no tiene emoción.
- En París dijo que, por edad, llegaba en el momento perfecto para los Juegos. ¿Sigue en ese momento perfecto para competir?
- No me refería tanto a una edad en concreto, sino al rango. Para competir en natación, a partir de los 25 o 26 años creo que es la edad perfecta. Siempre hay casos excepcionales, siempre hay gente que con 28 va a hacer marcas personales. En el grupo de la final de los 200 espalda, varios eran mayores que yo. Siempre hay excepciones, pero me refería más a un rango que a un número.
- ¿Y cómo lleva las comparaciones con Mireia Belmonte o con otros nadadores españoles que sí han conseguido medalla en los Juegos? ¿Es una motivación o una presión extra?
- Por suerte, creo que no he escuchado muchas comparaciones. Está claro que el hecho de tener a nadadores que han logrado cosas grandes en el propio equipo es algo motivante, pero por suerte creo que no ha habido muchas comparaciones.
- Estuvo seis años en Estados Unidos, ahora ha vuelto a España, en concreto a Terrassa. ¿Cuál fue el punto de inflexión que te decidió a cambiar?
- No creo que hubiese un punto, simplemente que en California estaba como deportista y estudiante universitario. El año pasado fue una excepción por los Juegos Olímpicos. Creo que, si no hubiera tenido la oportunidad de estudiar en Estados Unidos, no estaría allí. Una vez se cierra esa etapa, toca empezar una nueva.
- ¿Qué diferencias ve entre la preparación en Estados Unidos y en España?
- Hay muchos niveles. A nivel técnico está claro que los equipos son más grandes allí que aquí. Al menos, lo que yo he vivido. Antes de California, estuve un año en Auburn, que es otra universidad americana, con Sergi López. Luego estuve poco tiempo, una semana, en Virginia Tech, y después estuve en California. Los equipos son de 30 o 40 personas, sólo el equipo masculino; si juntamos el femenino, somos 60 u 80. Entonces, usamos dos piscinas, tenemos la piscina entera para nosotros... Aquí en España todavía no he visto un club que tenga una piscina sólo para el equipo de competición, se suele compartir con socios. A nivel profesional, están a otro nivel. A nivel técnico, esa es la principal diferencia. El profesionalismo en la piscina, en cómo controlar el gimnasio y demás. Y a nivel menos técnico, creo que se enfoca distinto, porque en España no es tan común considerar a un nadador como deportista representante de los Juegos Olímpicos, que se considera más en fútbol o en baloncesto que en otros deportes. Es un cambio, no quiere decir que sea un cambio negativo, simplemente un cambio de sociedad. Es más relajado, lo cual quita más presión, en España, y es más fácil conseguir objetivos, al menos a corto plazo.
En España no es tan común considerar a un nadador como deportista representante de los Juegos Olímpicos
- ¿Se siente más arropado por la Federación ahora que está más cerca de casa?
- La verdad es que, siempre que he estado en España, he estado en un club, nunca he estado en un centro que esté gestionado por la Federación, así que en ese sentido no ha habido mucho cambio.
- ¿Y qué le falta a la natación española en general para estar más cerca de las medallas en competiciones internacionales?
- Está claro que, para llegar a los objetivos, realmente los que nos tiramos al agua somos los deportistas. A nivel autocrítico, creo que depende un poco de nosotros mismos, de los deportistas. Nunca hay simplemente una razón para que algo ocurra o no ocurra. A nivel deportivo, se trata de nosotros mismos, los deportistas, y a nivel exterior, el profesionalizar el deporte, que se nos trate como deportistas con el nivel que tenemos. Muchas veces, o lo que he vivido yo al menos, es que en la toma de decisiones no se le da mucha responsabilidad al deportista. Suelen ser las Federaciones o clubes los que deciden cómo se hacen las cosas, y dan un poco menos de voz a los que competimos. En Estados Unidos puede ser un poco al revés.
- Para terminar, ¿qué podemos esperar de este ciclo olímpico hasta Los Ángeles?
- No sé qué competiciones hay justo antes de Los Ángeles. Sé que en 2028 están los Juegos, en 2027 no sé muy bien qué hay, creo que en 2026 hay Europeo, pero tampoco estoy seguro. Este año, Mundial. Entonces, los objetivos por ahora son esos, rendir en el Mundial, rendir en el Europeo, y a partir de ahí ya no sé qué hay. A nivel personal, lo que me gustaría hacer es volver a encontrar un programa con el que me sienta cómodo y eso extenderlo hasta los Juegos. Tuvimos un muy buen resultado el año pasado en Doha con las dos medallas mundiales y con las finales olímpicas, y ese cambio de programa no ocurrió en 2024, ocurrió en 2019. Creo que ahora lo que hay que hacer, desde 2025 hasta 2028, es encontrar ese cambio y mantenerlo y extenderlo hasta Los Ángeles.
Comentarios