Katy Perry ha alzado la voz contra la política migratoria de Donald Trump en Estados Unidos, criticando los enfrentamientos entre inmigrantes y policía que están teniendo lugar en Los Ángeles.
Son muchas las banderas de diferentes países que se están viendo estos días, por ello, la cantante quiso dar su opinión publicando varias stories, donde deja claro que está en contra de que se pueda echar a las personas del país de esta forma.
Sin embargo, algunas impresiones históricas relacionadas con España y México han hecho que se vuelva viral en las redes sociales, por lo que ha decidido borrar todas ellas: “Los Ángeles ha vivido bajo tres banderas: España, México y Estados Unidos. Esa tierra ha visto fronteras cambiar, el poder pasar de manos y, sin embargo, la gente (especialmente la gente morena e indígena) siempre ha estado allí, echando raíces, construyendo vidas, criando familias… Y ahora, en 2025, los descendientes de esas mismas comunidades están siendo cazados como criminales en su propio hogar ancestral”, comenzó.
Es aquí donde llega el problema que los s no han dejado pasar por alto: “Es más que indignante: es una profunda injusticia ¿Cómo puede una ciudad construida con el trabajo mexicano, la historia mexicana y la cultura mexicana volverse contra las mismas personas que le dieron forma y criminalizarlas?”.
¿Quién fundó Los Ángeles?
“Los Ángeles, un lugar que literalmente comenzó como El Pueblo de Nuestra Señora la Reina de los Ángeles de Porciúncula, fundado por colonos mexicanos en 1781. Esta fue alguna vez tierra mexicana, y las personas que hoy son blanco de ataques son a menudo descendientes de quienes han vivido aquí por generaciones, o que llegaron buscando seguridad, trabajo y dignidad”, destacó. Esto ha hecho que muchos la contesten y expliquen que no fue del todo como dice.
Y es que Los Ángeles fue fundado en 1781, cierto, pero bajo el dominio español en una zona que era parte del territorio conocido como Nueva España. Más adelante pasó a formar parte de México tras la independencia mexicana en 1821, y después se cedió a Estados Unidos en la Guerra Mexicano-Estadounidense de 1848 con el Tratado de Guadalupe Hidalgo.
Pero Perry siguió diciendo: “Muchos inmigrantes indocumentados sostienen silenciosamente la economía con su trabajo, criando familias, pagando impuestos y contribuyendo a las comunidades, pero son vilipendiados y se les niega dignidad. Mientras tanto, hace más de un siglo, los inmigrantes europeos llegaban a Estados Unidos con poco más que un nombre y esperanza (sin visas, sin tarjetas verdes, sin verificaciones de antecedentes) y se les otorgaba un camino hacia la pertenencia”.
“La ironía es evidente: aquellos que construyeron este país con puertas abiertas ahora las cierran por miedo, reescribiendo la narrativa inmigrante en algo que nunca fue. Para solucionar esto, debemos dejar de criminalizar la humanidad. El problema de raíz no es la inmigración: es la memoria selectiva de una nación construida por inmigrantes que ahora teme su propio reflejo. Una reforma compasiva y comprensiva comienza por reconocer tanto el trabajo como el legado de los inmigrantes, no como cargas, sino como personas que, como tantos antes...”, sentenció.
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